Imposible hacerse cosquillas.
Fracaso, inquietante pequeñez
alfiler entre las costillas,
ay, molesta
con la misma
indignación del escozor
de una cascarita que
demasiado pronto
retiramos del beso
de una herida.
Necesitamos las manos
de otros, guitarristas
para el rítmico rasgueo,
ostinato de peldaños
en la escalera de los huesos,
que suene el marfil
con una atención
oh tan aguda a la nota
dar con el acorde, astillas
del naufragio, pentagrama roto
en lo profundo, hasta que
nos ondulamos fetales,
erizo sin espina,
una bola que chilla,
odia y desea,
otro arpegio.
Mary O`Donoghnessy, (1975), poeta irlandesa, nos revela que para producirnos cosquillas siempre necesitamos del Otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Acepto comentarios